jueves, 14 de noviembre de 2013

pasaderas

El río que recuerdo de mi infancia "tronchera" ( "troncheros" llaman a los de Ribafrecha)  tenía tres puentes. En los extremos de mi mundo infantil estaban: por la parte baja el de Murillo que yo conocía,  pero bastante de pasada; en el extremo aguas arriba el del "Estrechillo", en Leza del río Leza, que era para mí un auténtico escenario de aventura. En ese Estrechillo el río hacía su aparición entre grandes peñas como una auténtica estrella de cine. Para mí estaba asociado a las madrugadas de pesca.

En medio de esta geografía de puentes estaba el de Ribafrecha. No era gran cosa, pero nos dió juego. En los agujeros del desagüe habitaban murciélagos. A veces íbamos a cogerlos para luego hacer con ellos todo tipo de "judiadas" (perrerías), incluyendo hacerles "fumar".

Pero, aunque no hubiero muchos puentes, río Leza no era infranqueable ( y eso que entonces bajaba más agua que ahora)  Las propias dimensiones del río y su caudal no eran un gran obstáculo. Sólo había que descalzarse, si hacía falta te quitabas los pantalones, (o en caso aún más extremo te quedabas "en porretas")....¡y ya estaba!

Además,  en determinados lugares en los que el agua era más mansa y la profundidad menor, se colocaban grandes piedras que llamábamos
[ en un alarde de creatividad lingüística ;)] "pasaderas". Con ellas era posible vadear el río. La distancia, más o menos una zancada. Pero, claro, era fácil y frecuente el accidente: la piedra que resbala por falta de uso, porque por accidente o travesura la mojó el anterior...; tu zancada que no era tan grande como la del que colocó la pasadera; o que, definitivamente, eras un poco torpe... 

En fin, toda una historia que daba para llenar días enteros del verano en Ribafrecha.

Por descontado, en el diccionario de la RAE aparece esta acepción de la palabra




m. Cada una de las piedras que sirven para atravesar, a pie enjuto, un río, charco, arroyo, etc.

m. Cosa convenientemente colocada para que, caminando sobre ella, pueda atravesarse una corriente de agua.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Chinchorras


Haciendo chaquetías extremeñas en estas fiestas de santos y difuntos he recordado las sobadas de chinchoras que me hacía mi madre.

En la Rioja llamamos "chinchorras" a los residuos del sebo del cerdo que no se deshacen al calentar dicha grasa. Bueno,  en puro riojano diríamos que:  es la parte del sebo que no se "regala" (sic) es decir, no se derrite.

Con ellas recuerdo que mi abuela Juana y mi madre hacían una sobada riquíííísima. Tan distintas de los chicharrones gallegos. Tanto  de los típicos salados y de los dulces con pan que nos daban Antonio y Sagrario en la Condesa recién traiditos del Camareiro (Sobrado dos Monxes)

 Se hace una masa de harina, o para mas comodidad, se compra en la panadería
un trozo de masa cruda, se soba mezclándola con un poco de manteca, las
chinchorras, azúcar y se pone  en una lata de asar, se le echa azúcar por encima y se mete al horno hasta que quede tostada por encima.


http://www.valvanera.com/cocina/sobada.htm


Supongo que debido a que en la boca estas chinchorras resultan muy crujientes   a veces he escuchado decir de un niño muy alegre que es como una chinchorra.

No he encontrado en el diccionario de la RAE esta palabra( aunque si chinchorrear con el sentido de molestar, fastidiar) Parece, eso sí,  claramente emparentada con chicharrón  y esta ( a mi me lo parece) tiene un toque onomatopéyico.

14.XI.013
Correción materna: Me dice mi madre que "sebo" solo se puede llamar a la grasa de corderos y similares. Que la grasa del cerdo que se usa pra esta sobada es "manteca".