viernes, 25 de septiembre de 2015

Picotero


     El 26 de este mes de septiembre se celebra el Día Europeo de las Lenguas y ello me trae a la memoria, casi como contraste,  una palabra muy asociada al habla riojana. Se trata de un apelativo para una persona,  “picotero”.

Según la RAE: picotero, ra.
(De picotear, hablar).
1. adj. coloq. Que habla mucho y sin substancia ni razón, o dice lo que debía callar. U. t. c. s.

      De todos modos en el uso que yo recuerdo el picotero no es tanto el muy hablador (“parrapla” sería el onomatopéyico término que le aplicaríamos entonces) o el que habla por hablar. Más bien el picotero o picotera es el que cuenta todo lo que sabe de otras personas... y que todos entendemos que debería callar o mantener en discreto silencio. Es un picotero el que va contando una conversación que había escuchado, o el que cuenta a quien no debe un secreto o algo íntimo. Y todo lo picotea el que no guarda un secreto ni a la fuerza.

     Hace unos meses leyendo uno de los Episodios Nacionales de Galdós (“España sin Rey”) encontré varias veces el uso de picotear con el sentido de hablar mucho. Se habla de “damas que picoteaban en la tribuna” del teatro, o de “aristócratas picoteras” (cap. VII). También encuentro una acepción más parecida a la que yo escuchaba en La Rioja: "Era Nievecitas, sobrina del cura de Bergüenda, bondadosa y honesta joven, agradable de rostro, menudita de cuerpo, un poco y un mucho picotera y tan comunicativa que antes reventara que guardar un secreto.” (cap. XXII)

jueves, 24 de septiembre de 2015

Cata



     Quizá la palabra que ocupa esta entrada del blog no sea especialmente peculiar del habla riojana. Pero hoy 24 de septiembre , cumpleaños de mi madre, no podía ser otra.

     Me refiero al término “cata”. Esta palabra esta recogida en el diccionario de la RAE entre otras acepciones como “porción de algo que se prueba”. Pero , la verdad, en mi casa el término “cata” solo puede referirse a una cosa: a la porción que se corta de un melón o sandía. “Cómete una cata” o “párteme una cata” sólo puede referirse a porciones de dichas frutas.

     Y pensar en melones (igual que en higos) me lleva siempre a recordar a la Toñi, aquella troncherita de cara redonda, la hija de José, el cabrero, y de la Juana y que en el cruce de los años '50 y '60 del siglo pasado empezó a salir con un topero de ojos claros y pelo espeso y rizado (del que ya no quedan más que fotos) al que conoció en un baile en las fiestas de Villamediana. Un topero que subía en bicicleta (a veces sorteando peñazos de los mozos de Ribaflecha) por el camino del regadío para verla . En su bicicleta llevaba como regalo aquellos melones, quizá de Camporio, que la troncherita se comería cata a cata disfrutando del manjar...y de la compañía.

Felicidades mama ( así acentuado)
¡Esto si que eran fiestas!  
(¡ la Toñi la más concentrada en la tarea! ¡Ni mira a la cámara, pa qué!)



viernes, 18 de septiembre de 2015

zarracatañita


Comenzábamos apenas la andadura de este blog, allá por septiembre de 2012, refiriéndonos a esas palabras inventadas que forman parte de la tradición de cada familia o grupo de amigos. Palabras que tienen sentido pleno pero sólo cuando las decimos entre nosotros. Palabras que son patrimonio de cada familia, de esas que , a veces, acompañamos con el “como decía madre” o “como decía padre”. En aquella entrada de este blog,  me refería a una palabra que siempre recordaré en labios de la tía Vitori: languarina.

Esta vez vamos a traer otra de esas palabras_inventadas de la tradición familiar . Pero en esta ocasión es además una palabra_trampa ( al estilo de aquello que vivimos en 2005 cuando, si nos descuidábamos al decir el año que corría, alguién remataba el 2005 con un “por el c...  te la hinco”)

La palabra en cuestión es zarracatañita . Solía aparecer cuando se veía una hormiga.  Uno decía: “¡mira una zarracatañita!” . Y si alguién descuidado, o ignorante, se atrevía a corregir : “¡ eso es una hormiga!” ....había caído en la trampa y escucharía el eco bromista: “aunque te jodan no lo digas”

Por más que he buscado en internet no he encontrado ninguna referencia a esta palabra. Tan solo, por cercanía aparece “zarracatanita” que el nombre de una casa rural en la Sierra de la Demanda burgalesa. Y en esa misma zona (Vilviestre, Quintanar ) se usa la palabra zarracatanita para referirse a las lagartijas.

sábado, 12 de septiembre de 2015

A propósito de patatas y dinero




Es evidente que el mundo que nos ha tocado vivir es cada día más materialista...

 

Un mundo para el que la felicidad se resume tan sólo en acumular riquezas...



No cabe duda que en la actualidad los poderes politicos, y de supuesto origen democrático, se comportan a menudo sólo como correas de transmisión de los grandes poderes económicos...


Poderes económicos ciegos que actúan y toman decisiones sin consideración a las personas a las que afectan  dichas decisiones...




Y ciudadano de este mundo .... el otro día recordé una frase que le escuché a mi madre el año pasado.  Una frase que es un anhelo de igualdad, la igualdad que muchas veces destruye esa acumulación de riqueza.

Dijo un día la gran economista  Toñi García Escudero (¡mi madre!):

"El dinero tenía que ser como las patatas..., que cada año se pudriría1"


1Conviene recordar que en el habla de La Rioja se hace un uso muy particular del condicional o potencial ("pudriría") en lugar del pretérito imperfecto del subjuntivo (se diría en castellano normativo: "pudriera")

jueves, 10 de septiembre de 2015

Salchucho



La palabra_de_riojano que ahora nos ocupa, “salchucho”,  es reconocida por el diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE) como una palabra que se usa sobre todo en zonas de Álava, Navarra o La Rioja (significativa coincidencia geográfica en el valle del Ebro).

Para los riojanos un salchucho es un pequeño desastre producido por algo o alguien. Un salchucho es lo que hizo el gato que se coló en el alto1 y dio cuenta de unos chorizos mál colgados. Salchucho es lo que hizo el peluquero novato en la cabeza del chaval al cortarle el pelo. Salchuchos son los pequeños estropicios que, a menudo, organizan los chicos revoltosos. Salchucho son los monigotes que pintó el niño pequeño en la pared del salón con sus rotuladores.  Y, claro, a los que hacen salchuchos podemos decirles: “ ¡ Menudo salchuchero que eres!” o "¡Mira que eres salchuchero!"

Pensando sobre la palabra y el que podría ser su origen,  he buscado algún tipo de etimología pero no la he encontrado. Así que voy aventurar mi propia hipótesis ( aunque reconociendo que sin ningún tipo de fundamento o estudio que la avale).

 Podemos imaginar una situación: estamos allá por noviembre y metidos en plenas tareas de la matanza. Ya hemos matado y descuartizado al lechón. Estamos preparando los chorizos y tenemos el picadillo en un barreño de barro con la sal y el pimentón que le irá dando gusto. Hay que esperar un poco y se ha hecho la hora del almuerzo2 así que podemos aprovechar para ir a la cocina a comernos un poco de ese picadillo fritito y un vasito de vino....pero al salir alguien no deja bien cerrada la puerta. Cuando regresamos comentando lo rico que estaba el picadillo vemos la habitación toda revuelta. Se ha colado un perro.
.-“¡Sal, chucho!“, le decimos...y nos quedamos mirando el salchucho que nos ha preparado.


1 En La Rioja se llama “alto” a la parte superior de las casas. Solía ser el almacén de las mismas. Allí se colgaban chorizos y salchichones. Allí podían estar las tinajas con magras, aceitunas, pepinillos o cebolletas. Los almendrucos extendidos...Y allí estaban mis preferidas, esas que cuando subías no podías menos que picar alguna: las uvas, las ciruelas y orejones puestos a secar.


2 Conviene indicar que en La Rioja el almuerzo es la comida que se hace a media mañana. Normalmente como pequeño descanso del trabajo para reponer fuerzas. 

domingo, 6 de septiembre de 2015

Cosera

 
Ando estos días en tareas de delimitar las lindes de Mexapán. Ello me ha traído a la memoria una palabra riojana que me recuerda los primeros momentos en que mis padres compraron la huerta de Beraza. La palabra es “cosera”.

En mi recuerdo una cosera era una piedra (normalmente bien diferenciada por su forma, por su material o colocación) que servía de testigo para la delimitación de una finca , lo que en Galicia se llama “marco”.
En la versión en internet del Diccionario de la Real Academia de la Lengua se reconoce como un riojanismo pero con un sentido que no tiene mucho que ver con el que yo conozco :
cosera.(De coso1).
1. f. Rioja. Suerte o porción de tierra que se riega con el agua de una tanda.
En cambio la versión en papel de dicho diccionario del año 1994 que tengo en casa añade una acepción ligada a Soria que tiene más relación : “surco que se hace con el arado al comienzo de cada año para marcar la separación de dos fincas rústicas”. Hay evidentes diferencias entre un surco que cada año debe trazarse, y una piedra que se coloca con intención estable de no moverse para que sirva siempre de delimitación de las propiedades, pero la finalidad es la misma.
Como en Beraza en su día, andamos buscando las coseras para delimitar correctamente Mexapán aunque ahora los GPS ajustan con escasos centímetros la posición de las coordenadas que delimitan cualquer finca.
Por culpa de esta delimitaciones siempre ha habido muchos conflictos entre vecinos ( a veces incluso muertes) y más de uno ha cambiado de posición la cosera para ampliar su propiedad. En Galicia este es un problema muy habitual y por eso añado estos geniales chistes de Dávila .


¡Eres más canso que la Contribución!



  Son conocidos los problemas que tienen los que aprenden español con el uso de "ser"y "estar". Son muchos los idiomas en que sólo tienen un verbo para estos dos usos ( en el inglés to be) . 
  A menudo recordamos en casa la anécdota que nos ocurrió en Maguncia mientras visitábamos a María en su Erasmus. Habíamos ido a una oficina de turismo para conseguir información sobre la ciudad y un amable chico nos explicaba sobre un mapa y en su español ( mucho mejor que mi alemán, por supuesto) las principales visitas . Como punto de partida el lugar donde nos encontrábamos . Y para no equivocarse utilizó una expresión salomónica : “somos estamos aquí”.

Bien, pues traigo toda esta explicación para aplicarla a las expresiones “estar canso” y “ser un canso”. En ellas, aunque la forma verbal, “canso”, sea la misma el sentido de la expresión es totalmente distinto.

En el primer caso , “estar canso”, se trata de un participio apocopado-vulgar-popular (no sé que adjetivo le vendría mejor) del verbo cansado. Cuando termina una jornada acarreando cunachos de uva en la vendimia acabas “canso”; cuando ibas por la mañana a cojer pepinillo; o cuando por la tarde, tijera en mano, limpiabas cebolleta solías acabar canso, es dicir, cansado.

En cambio en la otra expresión, “ser un canso”, no se trata de que uno esté cansado sino que quiere expresar que provoca el cansancio en otros. Cuando uno es calificado de “canso “ se quiere decir que aburre a los demás, que genera cansancio. Por eso, cuando uno insiste de forma machacona en algo podemos acabar diciéndole: ¡Canso, más que canso! En este caso parece que la forma “canso” fuera casi una apócope de “cansino”, palabra esta que no he escuchado por la Rioja pero sí en otras zonas de España.

Hay una expresión que he escuchado muchas veces y tiene que ver con las comparaciones de las que hablamos el otro día: “Ser más canso que la contribución” Tenemos aquí el uso de canso como “que provoca cansancio”. Y la contribución, como todos los impuestos que regularmente llegan para pedirnos dinero llegan a producir el dicho efecto de cansancio.

Dejo para otro día mi propia explicación , desde la historia, de esta frase.

sábado, 5 de septiembre de 2015

BORRO


 Fotografía de Chema Madoz

De curiosa, cuando menos, podemos calificar la situación que vivimos el pasado verano en Ribafrecha. Estaba mi padre contando una historia relativa a un compañero de trabajo (era la época en la que construían en Lardero los depósitos de agua de Logroño ( por los años 60, si no me equivoco)
Este hombre era de Clavijo, aunque parece ser que vivía en Alberite y mi padre lo imita realmente con mucha gracia. Tenía una forma de hablar muy característica. Me gustara que pudierais escuchar la “versión” de mi padre pero a falta de audio se me ocurre que se le podría describir como el hablar de una persona que entonara las frases con las revoluciones muy bajas y que perdía más fuelle todavía cuandol llegaba a los finales de frase. Por lo que cuenta mi padre, se desprende que era una persona entrañable, una buena persona aunque quizá algo simple, o por lo menos sin malicia alguna. Cuando le invitaban a contar alguna historia o sucedido ( que seguramente había contado ya muchas veces) solía pasar el testigo a mi padre diciéndo: “Cuéntalo tú, “Murillo” que tienes más gracia”.

Pues una de esas veces contaba que había ido a una feria a “comprar una cabra y se había traido un borro”. Cuando Raquel y los niños escucharon la historia pidieron aclaración:
.- ¿que se había traído, un burro?”
.- No, un borro.
Hubo que explicar este término, que no he encontrado después en ningún diccionario.  Sólo en el diccionario de riojanismos lo relaciona con el ganado lanar:
  1. Cordero entre uno y dos años. Cornago. Najerilla.
  2. Cordero de un año. Cuenca Oja. 
  3. Borro bendito. fr. exclamativa que denota sorpresa. (El Villar de Arnedo).

Pero no, no es que yendo a comprar una cabra se trajera un cordero. En Ribafrecha al menos, “borro” es una forma vulgar, más bien bruta, de referirse al órgano sexual femenino. Lo que se había traido de aquella feria el compañero de mi padre era a su mujer.

Sólo se me ocurre este traspaso de significados, del ganado a la connotación sexual, si tenemos en cuenta que la borra es el nombre que recibe el pelo de la cabra o la parte más grosera de la lana  (RAE)    asociado al aspecto peludo del citado órgano femenino

Hay por lo menos un par de expresiones bastante vulgares que recuerdo haber oído utilizar en las que se usa el término borro. La primera esla que vimos en el citado diccionario de riojanismos para indicar gran sorpresa ¡“Borro bendito”!
 La otra va en sentido casi contrario,  porque para mandar a uno a paseo de forma clara, sin contemplaciones,  a veces se le decía “vete a borro (de) tu madre” ( a veces se sustítuía borro por potorro con una sonoridad muy parecida)

jueves, 3 de septiembre de 2015

¿VIENES...O TE QUEDAS? Una historia sobre el poder local.


No dispongo actualmente de la imagen que dá origen a esta historia por ese motivo
 opto por una imagen de casa tradicional con poyo, aunque, aclaro, no es de Murillo.

Rompo en esta entrada el eje conductor de este blog. En esta ocasión no voy a partir de una palabra o expresión para contar a través de ella una historia. En este caso voy directamente a la historia. La razón es simple. Este verano de 2015, la publicación de un libro de fotografías antiguas de Murillo de Río Leza ha dado pie a muchas conversaciones e historias con mi padre al hilo de los recuerdos sugeridos por las imágenes.

Por este libro conozco la existencia de un edificio en la calle principal de Murillo. Se trata de un edifico recio, con fachada de cantería, era la fonda de la Honorata. Como cada casa del pueblo , adosado a dicha fachada corría un largo poyo en el que sentarse y, por la posición del edificio en la calle principal, era un punto privilegiado desde el que mirar el discurrir de caminantes y vecinos.

Por el mismo libro conozco la existencia de Anselmo Santos que en algún tiempo de la postguerra fue alcalde de Murillo. En la imagen que podemos ver en el citado libro se nos presenta como un hombre de aspecto sencillo, popular, más bien menudo. Al preguntar a mi padre por la razón de que llegara a ser alcalde surge una interesante reflexión. No está muy claro como alguién así llega a ser alcalde pero mi padre supone que fue nombrado por el gobernador civil como un aforma de neutralizar el poder de los que venían siendo los caciques tradicionales ( y al narrar esto hace un paralelo con lo que pudo ocurrir en Ribafrecha en el que se nombra a un antiguo policía, Venancio “el pájaro”, frente al poder tradicional de los poderosos de siempre: Garrosos, Mingarros...)

Todo esto viene al caso de una divertida historia que explica una expresión que yo había oído muchas veces... en una situación muy concreta y “peculiar” y que ahora cobraba todo el sentido.

Pongámonos en situación.
El lugar, una calle de Murillo de Río Leza frente a la fonda de la Honorata con su fachada de sillería y su largo poyo.

Los personajes, son los jerifaltes tradicionales del pueblo sentados en el poyo de la fonda y Anselmo Santos, a la sazón alcalde del pueblo y por tanto instrumento de un poder más alto para controlar el poder tradicional de los poderosos del pueblo.

Los hechos. Pasaba un día Anselmo frente al poyo de la fonda de la Honorata. Allí sentados , los caciques terratenientes que toda la vida habían mandado en Murillo y que ven pasar, sin prisa, a Anselmo, alcalde nombrado para laminar su poder tradicional. Podemos imaginar fácilmente saludos más o menos protocolarios, muy falsos y , en realidad,  cargados de un hondo resentimiento.

Cuando pasaba, más o menos enfrente de los personajes (la fuerzas vivas que decía a veces el régimen), Anselmo lanza un sonoro pedo sin inmutarse.
Recorre aún unos metros sin modificar para nada su gesto y caminar. Unos segundos y metros más adelante se para parsimonioso, se vuelve hacia el lugar en el que se había tirado el sonoro cuesco y dice bien alto: “¿Vienes....o te quedas?”

Para que comentar......